La reparación de heridas por cicatrización es una reacción ante lesiones que corresponde a un proceso complejo cuyo fin es restaurar la integridad del tejido dañado con un tejido fibroso (colágeno) con características diferentes al normal.
Cualquier alteración en este complejo proceso puede llevar a una cicatrización patológica, con cicatrices hipertróficas, queloídeas o atróficas.
¿Cuántos tipos de cicatrices existen?
Existen varios tipos de cicatrices:
- La cicatriz fisiológica, que cumple correctamente con todas sus fases y que puede dejar marcas pero de manera aceptable para la localización y el tipo de herida.
- La cicatriz atrófica es cóncava (hundida) cubierta de una capa de piel muy fina, donde ha habido heridas con pérdida de tejido: las cicatrices de varicela o acné.
- En la hipertrófica, hay un exceso de cicatrización con acúmulo de colágeno sin sobrepasar los márgenes de la herida.
- La cicatriz queloídea o queloide, es una proliferación aberrante de vasos sanguíneos y de colágeno, entre otros elementos, que formará un tejido duro que irá creciendo y haciéndose más grande hasta sobrepasar los límites de la herida original.
Las cicatrices no son solamente un tejido lesionado, con un aspecto poco agradable. Muchas veces hay asociada una herida más profunda a nivel emocional.
Por eso, ser capaces de recuperar esas lesiones nos llena de satisfacción.
Tratamientos para eliminar cicatrices
El tratamiento normalmente se realiza mediante técnicas combinadas o individuales de Microneedling y dispositivo de plasma, dependiendo de las características de la lesión.
Son procedimientos indoloros con una gran efectividad, ya sean en tejido facial o corporal. Precisa valoración previa al tratamiento.